¿Por qué puede ser tan importante la etiqueta de un alimento?

Hace tan solo unos días que el Ministerio de la Presidencia hizo público un decreto, el Decreto Real 126/2015, que está vinculado a esta pregunta. Pero más allá de los decretos o de las Normas, totalmente necesarios para regular, sistematizar y fundamentalmente asegurar la calidad de los productos y servicios, es primordial comprender él porque necesitamos de ciertos decretos o normas, como es este caso.
Desde tiempos inmemoriales el hombre ha consumido alimentos sin saber exactamente o completamente lo que come. Así de simple, pero también así de peligroso es, al punto que con el tiempo el hombre ha intentado encontrar mecanismos que permitan minimizar esos riesgos. En el caso de los alimentos, y cuando estos son comprados, la herramienta del “etiquetado” es sido crucial. En efecto, es una herramienta desarrollada para mejorar y garantizar la salud del consumidor, pero ¿cómo actúa?

El etiquetado y su valor

Cómo cualquier herramienta, puede ser buena o mala dependiendo del uso que se le dé. Fue en 1978 el primer año en que la palabra “etiquetado” cobró valor a nivel de gobierno para exigir a los productores y fabricantes de alimentos debieran registrar mediante un etiqueta, ciertos datos a partir de los cuáles los consumidores tuvieran garantías acerca de lo que estaban consumiendo. Por supuesto y cómo toda cosa nueva que surge, la información que allí aparecía no era suficiente. Además de ello, no todos los tipos de alimentos estaban incluidos en la lista de los obligatorios a la hora de llevar su correspondiente etiqueta así. Con el tiempo se han ido desarrollando distintas modalidades de comercialización, como la venta a distancia, lo cual muchas veces obstaculiza que el consumidor final acceda a la información que necesita.

 

Ahora bien, y tal cuál como sucede en cualquier tema económico, el consumo de alimentos está regulado por la ley de la oferta y de la demanda. ¿Qué tiene que ver esto con la etiqueta de un alimento? Estas etiquetas tendrán la información que sea demandada, ni más ni menos. ¿Por quién? Por el consumidor final, al igual que sucede con cualquier otro bien o servicio. Es por esta razón que es crucial que quienes compramos alimentos, y en estos tiempos somos casi todo el planeta, somos quienes debemos exigir saber qué estamos comiendo exactamente.

Cada día se descubren distintos problemas de salud asociados al consumo de alimentos. Un consumo que en ciertos casos puede ser excesivo, en otros casos insuficientes, pero en muchos casos aparecen enfermedades cuyas causas son “desconocidas”. Entre las principales enfermedades y vinculadas a lo que no conocemos están las alergias. En este sentido el etiquetado es clave. Si tenemos el hábito de leer previamente al consumo de un alimento su etiqueta y ponemos atención a cada componente podríamos evitar ciertas reacciones alérgicas. Existen muchas sustancias como por ejemplo, conservantes, aditivos de sabor, de color o de aromas que desencadenas reacciones alérgicas, muchas de ellas muy severas incluso llegando a provocar la muerte.
El pasado 27 de Febrero entró en vigencia una nueva Norma, la cual establece los requerimientos específicos que deben cumplir alimentos envasados y no envasados en cuanto a la información que debe estar disponible al consumidor.

¿Qué es lo más importante de la nueva Norma?

La Norma con vigencia a partir del 27 de Febrero de 2015, de aplicación completamente obligatoria en todo el territorio español, se divide en tres capítulos y en cinco títulos. Cada uno de los capítulos distingue entre distintos campos de obligación: el capítulo I habla de los productos envasados y no envasados colocado en el lugar de venta, el capítulo II de lo mismo pero dirigidos a los comerciantes que luego lo comercializarán en sus establecimientos, y el capítulo III trata de la disponibilidad y accesibilidad de la información registrada en las etiquetas.
Lo verdaderamente importante es que esta Norma exige que información de contenido y de cantidad, tanto para productos envasados como para NO envasados sea obligatoria. Y otro aspecto no menor, es que es obligatoria para los distintos actores de la cadena de suministro.
Pero lo más importante de todo es que nosotros como consumidores, debemos esperar y exigir que: cada alimento que vayamos a consumir diga claramente cuál es su contenido (composición, esto significa que la etiqueta diga cuáles son las sustancias que componen al producto), la cantidad que tiene el envase y cuál es su fecha de vencimiento. Por supuesto que la lengua en que está escrita la información debe poder ser interpretada por el consumidor. En el caso de las bebidas alcohólicas, y cualquiera que posea más de 1.2 % en volumen, debe especificar exactamente su graduación alcohólica. La etiqueta de un alimento que contenga esta información debe estar accesible al lector y debe estar asegurada al envase, de manera que perdure a lo largo de todos los intermediarios de la cadena de suministros.

Muchas veces, y en el marco de la aplicación de una Norma o Decreto, este tipo de requisitos pueden parecer arbitrarios o puramente formales, pero quienes tenemos un mínimo de sensibilidad y consideración por temas en el Área de Calidad sabemos que no lo son. Es más, si nos jactamos de promover el desarrollo de los sistemas de Calidad, responsables del aseguramiento de la alta calidad de un producto o servicio, debemos estimular la demanda de este tipo de herramientas. La obligatoriedad de un correcto etiquetado no solo ayuda a disminuir la ocurrencia de distintas enfermedades, sino que regula y fomenta buenos hábitos.

 

Te dejo el enlace para descargarte el decreto

 

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