¿Cambian las empresas con su sistema de gestión?

En mi trayectoria profesional  en el mundo de las auditorias de sistemas he tenido oportunidad de visitar y conocer a muchas empresas que tienen implantado un sistema de gestión, sea calidad, gestión ambiental, seguridad alimentaria, etc.… pero que realmente no lo tienen integrado en su sistema de trabajo diario. Cuando se implantaron el sistema no lo valoraron como es debido y no conllevó ese cambio que la empresa necesita.

Esto me doy cuenta que es debido a que los objetivos que pretende la empresa cuando decide implantarse el sistema de gestión son muy dispares a los objetivos y beneficios que puede aportarle el sistema.

Por regla general, el objetivo principal por el que una empresa toma la decisión de implantar y certificar un sistema de gestión es por exigencias de su cliente. Bien sea un cliente privado o la administración pública. Ambos están exigiendo que su proveedores dispongan de “certificados” para poderle suministrar sus servicios y productos. Pero en la mayoría de las ocasiones estas exigencias vienen derivadas desde un desconocimiento al valor real de ese “certificado”.

A veces me siento muy indignada al ver que el sentido real que tiene un sistema de gestión no es tenido en cuenta y que el valor de ese “certificado” ya no tiene valor ninguno. Es verdad, ya cualquier empresa puede estar certificada bajo una norma concreta y tener un sistema de gestión que es una “caca”, que no le aporta valor ni mejora ninguna a la empresa. Es cruel decirlo, pero a veces ocurre así: bajo pago y pasando por unas incómodas auditorias sin utilidad, obtienes el certificado.

Se ha llegado a una convergencia de intereses entre las entidades de certificación, las consultoras, la administración…. que realmente se está cargando el sentido y valor real del sistema. Las administraciones han subvencionado o ayudado a fondo perdido el coste monetario de la implantación y la certificación que más que ayudar o perjudicado el sector. Los precios se han tirado por los suelos, pero no ha importado: pagaba la administración. Ahora el dinero de la administración se ha acabado y ya no hay clientes que quieran pagar de su bolsillo lo que realmente cuesta el proceso de implantación y certificación.

Por suerte aún quedamos profesionales en el sector que seguimos creyendo en los beneficios de un sistema de gestión y luchamos para que ese “certificado” tenga utilidad real en la empresa y puedan usarlo como una herramienta de mejora y ventaja competitiva.

Pero no te desanimes, si tienes un sistema implantado y no lo estás usando como herramienta de mejora por el motivo que fuese. Aun estás a tiempo, eso puedes cambiarlo. Te invito a leer este artículo donde te doy unas pautas de cambio.

 

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2 comentarios
  1. Hola Marife:
    Al final de tu post dices: «Te invito a leer este artículo donde te doy unas pautas de cambio» ¿Donde esta el artículo? Me interesa leerlo.
    Gracias

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