Cómo gestionar los puntos CRÍTICOS de control NO MEDIBLES

Puntos críticos de control no medibles (PCC no medibles)

Ya hemos visto en artículos anteriores, la importancia de definir e identificar correctamente los puntos críticos de control de nuestros procesos. Como consecuencia de una certera y precisa identificación, es que podremos controlarlos. Hoy hablaremos de qué hacer y cómo tratar aquellos puntos que resultan críticos pero que no podemos medir. Estos suelen ser los más difíciles de gestionar y, muchas veces son los causantes de serios problemas de calidad. Además, este tipo de puntos suelen ser motivo de observaciones o no conformidades.

Cómo gestionar los puntos CRÍTICOS de control NO MEDIBLES (PCC no medibles)

Más allá del proceso en particular del que se trate, generalmente ocurre que hay ciertos puntos que son fáciles de identificar y, otros un poco más complejos. Sin embargo, la mayor dificultad suele plantearse con aquellos puntos que no podemos medir. Veamos un ejemplo concreto:

Supongamos que estamos aplicando un análisis tipo HACCP a una línea que procesa frutas para elaboración de jugos. Una vez que hemos analizado los riesgos, pasamos a identificar los puntos críticos de control. Seguidamente fijaremos límites de control con el consecuente plan de acción. Ahora bien, ¿cómo fijamos esos límites en propiedades que no podemos cuantificar? Dicho de otra forma ¿cómo aseguro que no se me escape ningún envase de jugo con riesgos de “No Calidad”?

Lo primero que debemos tener claro es que:

Un límite de control siempre debe poder cuantificarse, ya sea cuantitativa o cualitativamente. Es decir, que, de una u otra forma, debemos poder “medir”. Para comprender mejor, revisemos la definición de un límite de control:

Un límite de control es un criterio que determina si acepto o rechazo un punto crítico de control.  PCC no medibles.

Ahora bien y, siguiendo con el ejemplo de la fruta: supongamos que el aroma de un determinado jugo es una propiedad crítica a la hora de fijar su calidad “organoléptica”. Como consecuencia, el aroma de la fruta antes de procesar es determinante. Necesitamos controlar dicha propiedad antes de hacer el jugo, pero ¿cómo lo medimos? Seguramente a través de un ensayo de olor. Para ello, se dispone de un grupo de asistentes que cada vez determinarán si la fruta es aceptable o no.

Quizás te estés preguntando como se “calibra” la nariz o el olfato de estos asistentes. O cómo puedo estar seguro de que una persona descarte la fruta que no corresponda y deje seguir la buena. Cuando tenemos un número y un instrumento todo parece más sencillo. Sin embargo, debemos poder controlar este aspecto, pues es crítico en la calidad del producto.

Ante una propiedad meramente sensitiva, existen procedimientos que tienden a cuantificar precisamente la evaluación. A través de dichos procedimientos, se arma el equipo humano más idóneo para esta valoración. Se crea una escala, por ejemplo, en la que cada asistente asignará una nota a determinado lote de fruta. De acuerdo a esa nota, la fruta pasará o no. Cada cierto tiempo, se constatará que dicho equipo humano esté alineado. Para ello, se recurrirá a ciertos patrones, que servirán como referencia o “cero” en la escala de calibración.

Que criterio seguir en el control

Esto ha sido un mero ejemplo, la esencia de lo que queremos compartir hoy es que, aunque un punto de control no sea medible de manera cuantitativa o inmediata con un instrumento, debemos poder controlarlo. Para ello, debemos crear nuestro propio “sistema de medida”. Este sistema deberá contemplar los mayores márgenes de error, la subjetividad y cualquier otro factor del ambiente que incida en el resultado de la valoración.

Probablemente este sistema no se agote en la planta de producción, por ejemplo. Seguramente y para definir los límites de control, debamos apelar a estadísticas de rechazo, seguimiento del producto en el cliente, etc. Todo esto será insumo, para mantener y mejorar nuestro sistema de medida. El objetivo será llevar al mínimo la subjetividad del operario que controla, y darle siempre un marco de referencia. Los patrones, las muestras físicas de productos, suelen servir a la hora de tener como un material de consulta.

Cada situación y la naturaleza de cada punto crítico de control no medible  (PCC no medibles), será distinta. Pero en todos los casos, dicho tipo de punto de control deberá estar sujeto a valoración.

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1 comentario
  1. Como siempre cada vez que leo tus artículos, los disfruto y cada vez me imagino que Ud está a mi lado como asegurando de que entienda. Felicitaciones por esa habilidad de transmitir los conceptos. Feli Navidad junto a los tuyos

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